Artista crea “La Gran Muralla de Vagina” como crítica al "fascismo del cuerpo"

El artista británico Jamie McCartney a puesto manos a la obra para ayudar a las mujeres a liberarse de obsesiones sobre la forma y el tamaño de sus vaginas.

Desde madres de gemelos hasta quienes han pasado por cirugías estéticas o restaurativas en sus genitales, más de 400 mujeres se ofrecieron como voluntarias para el proyecto, dejando la huella de sus vaginas en moldes de yeso.

Según McCartney las peticiones de voluntarias no dejan de llegar.

"Apenas pasa una semana sin que alguien más pida para participar", dice en declaraciones recogidas por The Independent. "Todas son voluntarias, a nadie se le paga para modelar. Un hombre que paga 400 mujeres para conseguir que las mujeres colaboren con sus vaginas, no es tan interesante como 400 mujeres respaldando el proyecto y creyendo en él lo suficiente como para hacerlo".

McCartney cuenta que la idea de su original obra surgió como respuesta al ascenso de los procedimientos cosméticos vaginales y lo que él llama "el fascismo del cuerpo" que dicta la forma en que las mujeres deben verse.

"Creo que la cirugía estética es un procedimiento bastante innecesario. Es un problema psicológico. Hay una base de toda la industria establecida para persuadir a las mujeres de que son defectuosas y para darles una respuesta a ese supuesto problema", dice.