Contenido creado por Martín Otheguy
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El tiempo está después

Los refugiados de Guantánamo y la opinión pública uruguaya

Polly Rossdale, abogada de Abu Dhiab, dijo a Montevideo Portal que se necesita "más paciencia de todas las partes involucradas" en la adaptación de los refugiados de Guantánamo. Criticó el enfoque de parte de la prensa y recordó que el proceso recién comienza.

27.03.2015 10:25

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2015-03-27T10:25:00-03:00
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La semana pasada, un artículo del Washington Post reveló que el sirio Abu Dhiab, uno de los refugiados de Guantánamo en Uruguay, había decidido iniciar una huelga de hambre para denunciar su situación.

Dhiab pretendía hacer esta huelga frente a la embajada de Estados Unidos, al entender que este país es el que debe hacerse cargo de su situación, que no ha podido ser completamente resuelta por el gobierno uruguayo. El ex preso reclamaba que le ha sido imposible traer a su familia -tal cual le prometió Uruguay antes de su llegada al país- y se quejó de su precaria situación económica.

Poco después, sin embargo, Dhiab dio marcha atrás y desistió de su idea de iniciar una huelga de hambre, medida a la que recurrió con frecuencia cuando estaba encarcelado en Guantánamo. El canciller Rodolfo Nin Novoa, que se reunió con los refugiados esta semana, les explicó que una medida de este tipo sólo atentaría contra su objetivo, que es lograr la liberación de los restantes prisioneros.

Los recurrentes pedidos de los refugiados y el hecho de que aún no hayan comenzado a trabajar -ante una situación que según ellos no es la que les prometieron- generaron cierta resistencia en la opinión pública.

"No podemos dar lo que no les estamos dando a los uruguayos. Esa es la cuestión. Hay un límite. Si se precisa más, lo tiene que poner alguien que tiene más responsabilidad y más recursos", dijo ayer José Mujica en entrevista con María Inés Obaldía en Canal 10, aludiendo a Estados Unidos.

¿Hay falta de comprensión por parte de Uruguay ante una situación de estrés post traumático, luego de 13 años de confinamiento y torturas? ¿No se planeó adecuadamente su inserción en nuestra sociedad?

Polly Rossdale, integrante del equipo de Reprieve (firma británica de abogados que representa a Dhiab), dijo a Montevideo Portal que "la recuperación de 13 años de un sufrimiento terrible lleva tiempo".

"Aunque puede parecer que están en Uruguay desde hace tiempo, en realidad están en el comienzo de lo que será un largo proceso de cura e integración. Habrá altas y bajas durante este tiempo. En nuestro proyecto 'Vida después de Guantánamo' recomendamos un enfoque multidisciplinario que tenga respaldo financiero, médico y psicológico. Tengo entendido que es lo mismo que se planea hacer en Uruguay. Obviamente esto lleva un tiempo para que se establezca y para que se construya confianza, algo fundamental y que fue destruido en Guantánamo", agregó Rossdale a Montevideo Portal.

Consultada sobre por qué los refugiados no tienen pasaportes -algo de lo que se quejaron, ya que algunos piensan abandonar el país- Rossdale dijo no estar sorprendida. "No conozco ningún caso de ex presos reinsertados a los que se les haya dado pasaportes en el primer año. Tienen estatus de refugiados, no son aún ciudadanos uruguayos", aclaró.

Con respecto al plan de reasentamiento organizado por Uruguay, Rossdale cree que este tipo de medidas son excepcionales por naturaleza. "Cada país que aceptó a refugiados lo hace bajo sus propios términos. Planificarlo es importante pero siempre habrá episodios imprevistos, y creo que eso es algo clave en este tipo de programas", replicó.

"Sé que ellos están muy agradecidos a Uruguay por la amabilidad y compasión mostrada. Yo misma lo presencié en diciembre y la generosidad de espíritu era realmente notable. Simplemente pediría un poco de paciencia de todas las partes involucradas. Curar lleva su tiempo, algo que creo que la población uruguaya entiende muy bien", reflexionó.

Las idas y vueltas

Polly Rossdale también se refirió al fallido anuncio de la huelga de hambre por parte de Dhiab. El mismo día en que esta información era difundida por el Washington Post, sus abogados se encargaban de aclarar que su cliente no tenía intención ninguna de iniciar esta medida.

"Dhiab, como muchos otros que fueron liberados de Guantánamo, está en un estado frágil, tanto física como emocionalmente. La gente que está en ese estado con frecuencia dice una cosa en un minuto y luego hace otra en el minuto siguiente. Por supuesto que su experiencia fue particularmente severa a causa de los años de brutal alimentación forzosa y por haber perdido a su hijo, entre otras cosas", explicó Rossdale sobre el anuncio.

La abogada aclaró que no es poco frecuente que los ex prisioneros de Guantánamo tengan problemas agudos de salud mental, especialmente en los primeros seis meses tras su liberación. "Hemos trabajado con ellos por muchos años y, según nuestra experiencia, tiende a mejorar siempre y cuando tengan tiempo y espacio para sanar. Seguimos trabajando con él", dijo Rossdale, que consideró que "si bien es entendible que deba cubrirse esta historia, es desafortunado que las fluctuaciones emocionales de Dhiab se destaquen en forma tan detallada en los medios, ya que eso le hace daño tanto a él como los que han quedado en Guantánamo".