Contenido creado por Laura Meléndez
Salud

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Estimular el hipotálamo revierte daños causados por una lesión cerebral

La estimulación del hipotálamo revierte los déficits de aprendizaje y de memoria causados por una lesión cerebral, según constata una investigación llevada a cabo en ratas y liderada por la Universitat Autònoma de Barcelona.

31.01.2015 10:20

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2015-01-31T10:20:00-03:00
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El hipotálamo es una región del cerebro donde están los impulsos más básicos que nos ayudan a sobrevivir y también los que nos proporcionan placer. El estudio realizado por la Universitat Autònoma de Barcelona profundizó en el potencial del tratamiento de estimulación intracraneal DBS (por sus siglas en inglés), del hipotálamo, para recuperar la capacidad de aprender y recordar tras una lesión severa de la amígdala cerebral.

Según los expertos, las disfunciones de esta parte del cerebro hacen que no podamos aprender la asociación entre estímulos -como ver un fuego y relacionarlo con el peligro de quemarse- y pueden estar causadas, entre otros, por alteraciones bioquímicas de los neurotransmisores, situaciones de estrés muy intensas, ictus o tumores.

El trabajo constató que los animales con la amígdala lesionada -con una afectación superior al 70%- recuperan totalmente la capacidad para aprender y recordar después de someterlos a varias sesiones, primero de aprendizaje y posteriormente del tratamiento de autoestimulación intracraneal del hipotálamo, que consiste en enviar impulsos eléctricos a esta región cerebral.

En la investigación estudiaron también los mecanismos por los que se produciría esta recuperación, sugiriendo que la estimulación del hipotálamo activa varias regiones del cerebro, especialmente los sistemas de memoria, que actuarían con efecto compensatorio.

El efecto perdura hasta tres meses después de diez sesiones de tratamiento de una hora cada una, contribuyendo a la consolidación de la memoria implícita y explícita y, además, los niveles de aprendizaje y de retención de los animales lesionados son incluso mejores que los de los animales sanos.

Los investigadores ya habían apuntado en estudios anteriores que esta activación provocaba cambios estructurales en el cerebro, aumentando las conexiones neuronales, la expresión de genes con funciones relacionadas con plasticidad neural y neuroprotección.

En este trabajo han comprobado, además, que en la parte de la amígdala no dañada hay más actividad de la acetilcolinesterasa, una enzima clave en el metabolismo de la acetilcolina, un neurotransmisor crítico para el aprendizaje y la memoria.

El estudio, dicen los investigadores, demuestra el excepcional potencial terapéutico de la DBS y señalan que, además de aprender y recordar, el tratamiento podría ser eficaz para "desaprender", es decir, para dejar de vincular estímulos con emociones incapacitantes como las que causa el estrés postraumático.