Contenido creado por Gerardo Carrasco
Curiosidades

Marcha un asado

Estudiante británico lanza libro de recetas “al motor”

Estudiante británico lanza libro con las elaboradas recetas que suele cocinar en el motor de su coche durante viajes largos.

24.10.2014 16:58

Lectura: 4'

2014-10-24T16:58:00-03:00
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Alfred Cary, un estudiante de Administración residente en Henley-on-Thames, Oxfordshire, acaba de lanzar “Carbacue”, un libro con decenas de recetas que él mismo probó durante sus viajes por las carreteras del país.

El joven, poseedor de un pequeño Ford K, se traslada a menudo desde su casa hasta la ciudad escocesa de Edimburgo, un viajecito de más de 600 kilómetros en el que se hace necesaria una parada para comer un bocado.

Amante de la buena mesa, Alfred enfrentaba un dilema en sus viajes: los restaurantes que encontraba por el camino eran muy costosos, a no ser que se decantara por los establecimientos de comida chatarra, cosa que no le gustaba para nada. La tercera opción —que tampoco halagaba su paladar— consistía en comerse un bocadillo frío preparado en casa con antelación.

Así las cosas, decidió implementar —y mejorar— un viejo sistema utilizado por los camioneros estadounidenses, que consiste en colocar los alimentos crudos en una doble envoltura de papel de aluminio y luego dejar que se asen al calor del motor en marcha.

“Iba conduciendo con mi hermano y él me contó que había leído acerca de esa forma de cocinar, así que decidimos pasar por alto los restaurantes y cafeterías y probar con eso. Hicimos bifes de cordero y quedaron deliciosos”, recuerda en declaraciones recogidas por MailOnline.

“Toda la comida queda muy bien, con un sabor similar al de los platos preparados al vapor en casa”, detalla el “conductor cocinero”, y se apresura a responder la pregunta que todos le hacen. “No quedan con olor a humo o combustible. El papel de aluminio separa completamente los alimentos y el motor”.

Si bien la técnica no es nueva, Alfred es al parecer el primero que se atreve a preparar platos más complejos que las salchichas o huevos habituales entre los camioneros.

“Había leído algunas guías sobre cómo cocinar sobre el motor, pero todas las recetas eran para embutidos procesados. Quería demostrar que se puede preparar realmente deliciosas comidas”, añade.

En la valija de su coche, Alfred siempre tiene utensilios de cocina, aceite de oliva y condimentos diversos. Antes de salir de viaje, pone también en el maletero la comida que disfrutará en el camino. Además, ya conoce perfectamente el tiempo de cocción que lleva cada plato, y puede planificar así la hora de su almuerzo.

“Un camembert al horno se puede preparar en 25 minutos de marcha, mientras que una pechuga de pato a las cinco especias con fideos tarda una hora”. Por ello, si lo que quiere comer es este último plato, bastará con que una hora antes del momento elegido para almorzar detenga el auto un momento para meter la comida bajo el capó del auto.

Para el joven, cocinar de ese modo “es algo que tiene mucho sentido: ¿por qué pagar para obtener comida caliente en el camino, cuando se tiene una fuente de calor desperdiciándose justo delante de uno?”.
Además, asegura que su método tiene un encanto adicional: comer en el campo junto a la carretera, lejos de las aglomeraciones.

A menudo, Alfred invita a su novia a románticas cenas afuera. “Le he preparado lomo de cerdo al estilo chino y hamburguesas de atún, y le encantan”, narra.

En su libro, el estudiante describe detalladamente 25 recetas —nada de comida chatarra— elaboradas “al motor”, y todas probadas por él mismo. “Mi favorita es lubina oriental con chile, limón y jengibre sobre colchón de espinacas”, dice.

“Jamás conduzco para cocinar, sino que cocino cuando conduzco”, enfatiza el chef, aclarando que esa es la manera en que resulta ecológico y rentable.

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