En diciembre del año pasado, fue hallado el cuerpo de una mujer sin vida y colgado de un árbol a la orilla del río Uruguay, en Paysandú. Tenía un cable blanco enrollado al cuello, lo que condujo inmediatamente a la hipótesis del suicidio.
Sin embargo, un nuevo informe remitido a la Jefatura de Policía de Paysandú por la Dirección Nacional de Policía Científica, que hizo público hoy el diario El Telégrafo, dio un giro en las investigaciones.
El análisis de las huellas dactilares por la Dirección Nacional de Policía Científica concluyó que podían coincidir con las de una mujer joven, de entre 25 y 29 años, cuya desaparición había sido denunciada en la Seccional Primera de Policía por una mujer oriunda de Rivera.
Se emplazó a la denunciante, que tras aportar algunos objetos personales y otros indicios ayudó a la policía a comprobar que la fallecida se trataba efectivamente de la joven riverense desaparecida.
Personal de la Dirección de Investigaciones reconstruyó los pasos de la mujer y pudo descubrir que tiempo atrás convivía con un hombre de unos 40 años en barrio Tatuces Sur, quien también fue llamado a declarar.
Además de este sujeto, varias personas allegadas a la joven están bajo investigación en base a la nueva hipótesis de homicidio y declaran en estos días.
El informe técnico revela además que la altura a la que fue amarrado el cuerpo era demasiado excesiva como para tratarse de un suicidio.
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